Hace 22 años, el Primer Ministro Tony Blair anunció un ambicioso plan para luchar contra la pobreza infantil en Gran Bretaña. En aquel momento, más del 25% de los niños británicos vivían en la pobreza.
En el centro de la campaña estaban las ayudas del gobierno a las familias con hijos. La justificación era similar a la de los programas de prestaciones para adultos mayores, como la Seguridad Social: La sociedad tiene interés en apoyar a las personas que no pueden trabajar. Y en el caso de los niños, la pobreza puede causar daños que duran décadas.
La campaña de Blair y el Partido Laborista cambió radicalmente la situación. Ocho años después de su anuncio, la tasa de pobreza infantil se había reducido a la mitad.
El proyecto de ley de ayuda a la pandemia que el presidente Biden está a punto de firmar contiene un plan de ayudas a la infancia que se asemeja al de Blair en su ambición. La mayoría de las familias recibirán 3,600 dólares al año (pagados mensualmente) por cada hijo de 5 años o menos, y 3,000 dólares al año por cada hijo mayor. Otras disposiciones del proyecto de ley elevarán aún más los ingresos de las familias pobres. Las prestaciones se reducen progresivamente para muchos hogares con ingresos de seis cifras.
Luke Shaefer, profesor de la Universidad de Michigan, dijo al columnista del Times Nicholas Kristof que la prestación por hijo era “lo más transformador” de la legislación.
En general, la legislación reducirá la tasa de pobreza infantil este año a cerca del 6% desde el 14%, según las proyecciones del Centro de Pobreza y Política Social de Columbia. Los mayores descensos serán para los niños negros e hispanos.