Decenas de millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca se encuentran en las instalaciones de fabricación de Estados Unidos, a la espera de los resultados de los ensayos clínicos de la empresa en ese país.
Al mismo tiempo, la vacuna ya se está utilizando en más de 70 países. Algunos están suplicando a EE.UU. el acceso a las reservas.
Qué hacer con las dosis es objeto de un debate en la Casa Blanca y entre los funcionarios federales de salud, ya que algunos sostienen que la administración debería dejarlas ir al extranjero donde se necesiten, mientras que otros quieren preservar el suministro, esperando la autorización reglamentaria en las próximas semanas. La vacilación de la Casa Blanca está relacionada, al menos en parte, con las incertidumbres sobre el suministro de vacunas antes del plazo autoimpuesto en mayo, cuando el presidente Biden prometió que Estados Unidos tendría suficientes dosis de vacunas para cada adulto.
Para complicar las cosas, las autoridades sanitarias de Dinamarca, Noruega e Islandia suspendieron hoy el uso de la vacuna de AstraZeneca por la preocupación de que pueda aumentar el riesgo de coágulos de sangre. Hasta ahora, no hay pruebas de una relación causal.
Algunos funcionarios federales de salud están presionando a la Casa Blanca para que tome una decisión en las próximas semanas sobre si debe comenzar a enviar las dosis de AstraZeneca a otros países. Pero por ahora, decenas de millones de dosis están atrapadas en el limbo.