La sensación liberadora y eufórica de recibir la vacuna COVID-19 puede ser tan emocionante como obtener, por ejemplo, el primer permiso de conducir.

Es uno de esos primeros pasos, un hito, en el camino para poder vivir la vida con un poco más de libertad. Y muchos quieren compartir esta pequeña victoria en las redes sociales.

Pero tomarse un selfie con la tarjeta de vacunación en la mano es algo que no está permitido, según los organismos de control de los consumidores.

Aunque algunas de estas advertencias sobre estafas llevan tiempo en el mercado, sigo viendo a amigos que publican fotos de sus tarjetas de vacunación en Facebook. Y me temo que vamos a ver aún más fotos de este tipo, a medida que los estados se abren a la vacunación.

A algunos de 60, 70 y 80 años les sigue resultando terriblemente difícil que les programen una vacuna. Muchos padres jóvenes esperan estar cerca del final de la fila para estas vacunas, dados los trabajos que realizan y el año en que nacieron.

Su momento feliz, como tantos otros en Facebook, sólo recuerda a otros lo que aún les falta en la vida.