La trombosis es la formación de trombos (coágulos o émbolos) de sangre. Esos trombos se alojan en las cavidades cardíacas o en un vaso sanguíneo, causando una obstrucción ya sea parcial o completa en el flujo de sangre.
Según el lugar donde ocurra la trombosis, se puede causar isquemia en las arterias (las células sufren debido a la falta de oxígeno y nutrición de la parte afectada) o en una vena, donde se causa una estasis (estancamiento o retención en la progresión del flujo sanguíneo).
Los síntomas más comunes en la trombosis son:
• Dolor en la extremidad que se ha visto afectada.
• Sensación de pesadez en los movimientos del área afectada
• Cierta impotencia funcional
• Aumento de temperatura local en la parte afectada
Hay casos donde los síntomas de la trombosis se muestran de manera general, presentando fiebre o frecuencias cardiacas incrementadas, también puede presentar síntomas a nivel respiratorio como tos, disnea y hemoptisis.
Para realizar el tratamiento correcto, es muy importante hacer el diagnóstico adecuado. La historia clínica del paciente puede suministrar información útil para visualizar los factores de riesgo.
Generalmente, el tratamiento para la trombosis se debe basar en:
• Terapias anticoagulantes
• Métodos de compresión
• Cateterismo venoso
• Hacer ejercicios que favorezcan el retorno venoso, especialmente en las extremidades inferiores.