Enterrado en lo más profundo del informe anual de 72 páginas del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos yacía una sorprendente admisión: Los funcionarios de salud de Estados Unidos bajo el mando del presidente Donald Trump trabajaron para convencer a Brasil de que rechazara la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V.
El documento, publicado en enero, llamó poco la atención al principio. Pero eso cambió cuando la cuenta oficial de Twitter de la vacuna Sputnik V publicó una captura de pantalla de la afirmación previamente pasada por alto, citando un informe de Brasil Wire, y criticó a Estados Unidos por bloquear efectivamente los intentos de Rusia en la diplomacia de la vacuna.
“Creemos que los países deben trabajar juntos para salvar vidas”, decía el tuit. “Los esfuerzos para socavar las vacunas no son éticos y están costando vidas”.
Brasil, que es el segundo país del mundo con mayor número de víctimas mortales por el coronavirus, ha tenido dificultades para conseguir un suministro adecuado de vacunas. Sin embargo, la oficina del Agregado de Salud dentro de la Oficina de Asuntos Globales del HHS presionó al país para que rechazara las ofertas de ayuda de los rusos el año pasado, según el informe.