Los estadounidenses están muriendo de COVID-19 a menos de la mitad del ritmo que tenían hace un mes, según muestra un análisis de los datos de la Universidad Johns Hopkins. Las 5,453 muertes de estadounidenses por la enfermedad en la semana que terminó el lunes son menos que las 12,263 que murieron en una semana el mes anterior – y menos que las 21,383 en una semana de hace sólo dos meses.
Los expertos afirman que el esfuerzo de vacunación en EE.UU., dirigido en gran medida a las personas más vulnerables, está ayudando a frenar las muertes. Pero las noticias no son del todo buenas: Estados Unidos sigue registrando altos niveles de casos. Los 452,636 casos notificados en la semana que terminó el lunes supusieron un aumento del 20% respecto a las dos semanas anteriores.