Los casos están aumentando en Michigan, situando al estado entre las peores zonas calientes del país. Michigan tiene que “cerrar las puertas” en lugar de intentar apoyarse más en las vacunas, dijo Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en una reunión informativa en la Casa Blanca.

Las regiones más afectadas también deberían recurrir al rastreo de contactos y a la realización de pruebas adicionales, dijo.

“Si intentamos solamente vacunar para salir de lo que está ocurriendo en Michigan, nos decepcionaremos porque la vacuna tarda un tiempo en funcionar”, advirtió Walensky.

La gobernadora de Michigan, la demócrata Gretchen Whitmer, había pedido a la Casa Blanca a finales del mes pasado que inundara de más vacunas los puntos más conflictivos.