Mary Ann Steiner condujo 2 horas y media desde su casa en University City, un suburbio de San Luis, hasta el pequeño pueblo de Centerville, Missouri, para vacunarse contra el COVID-19. Después de entrar en la cola del aparcamiento de una iglesia, se dio cuenta de que los demás que esperaban las vacunas tenían algo en común con ella.
“Todos los que estaban en la corta cola eran mujeres”, dijo Steiner, de 70 años.
Su observación refleja una realidad nacional: Hay más mujeres que hombres que se vacunan contra el COVID-19, incluso cuando hay más hombres que mueren de la enfermedad. Se examinó los tableros de vacunación de los 50 estados y el Distrito de Columbia a principios de abril y se descubrió que cada uno de los 38 que enumeraban el desglose por género mostraba que más mujeres habían recibido las vacunas que los hombres.