La luz ultravioleta daña el ADN de las células, pero la luz azul, que proviene de las pantallas, destruye el colágeno mediante el estrés oxidativo.
En la piel tenemos un químico llamado flavina, que absorbe la luz azul y la reacción durante la absorción produce moléculas inestables de radicales libres que dañan la piel.
Un estudio publicado en The Journal of Investigative Dermatology, encontró que la exposición a la luz azul es más dañina para las pieles de tono medio a oscuro ya que causa hiperpigmentación, mientras que en las pieles claras la deja casi intactas.
Los dermatólogos clasifican el color de la piel basados en la manera en que reaccionan a la luz UV:
Esta escala va del 1 al 6, siendo el tipo 1 el color de piel más claro, presenta mayor sensibilidad UV y el tipo 6 el más oscuro, que tiene menor probabilidad de quemarse.
En el estudio se expuso a personas con piel tipo 2 a la luz azul pero no desarrollaron pigmentación; en este caso, la piel oscureció durante unas semanas.
Pero, en los tipos 4, 5 y 6 la reacción es distinta a la de las pieles claras.
Los investigadores dicen. “Debería haber más estudios a gran escala que analicen este problema porque la pigmentación es una de las preocupaciones más grandes que tienen los pacientes y el síntoma cuyo tratamiento genera menos satisfacción”.