En Taiwán, son los camiones de basura y reciclaje los que ponen música, no los camiones de helados. Cuando los lugareños escuchan que la melodía se acerca lentamente, se dirigen al exterior y arrojan sus bolsas de basura provistas por el gobierno directamente en la parte trasera del camión. Este sistema evita que la basura toque el suelo, ayuda a eliminar las alimañas y mantiene las calles limpias.