Prohibir las llaves de estrangulamiento. Aunque muchos organismos policiales afirman que no entrenan a sus agentes para utilizar las llaves de estrangulamiento, éstas se siguen utilizando. La norma legal para el uso de las llaves de estrangulamiento es imprecisa, lo que dificulta el enjuiciamiento de los agentes que abusan de este uso de la fuerza.
Prohibir las órdenes de irrumpir sin previo aviso. La orden de no llamar permite a los agentes irrumpir en los hogares sin previo aviso.
Crear la obligación de intervenir. Cuando los agentes de policía vean a otro agente haciendo un uso excesivo de la fuerza, los agentes que lo presencien estarán obligados a intervenir.
Crear un registro público. La ley establece un registro nacional de mala conducta policial a disposición del público. Esto impediría a los agentes eludir las consecuencias de sus actos trasladándose a otra jurisdicción.
Acabar con la inmunidad cualificada. La inmunidad cualificada es una doctrina jurídica que protege a los funcionarios del gobierno de ser considerados personalmente responsables de las infracciones, por ejemplo, cuando la policía hace un uso excesivo de la fuerza. Acabar con la inmunidad cualificada significaría que, si un agente de policía infringe la ley, ese agente tendría que rendir cuentas.
Los demócratas controlan ahora el Senado, que tiene una división partidista de 50-50 con la vicepresidenta Kamala Harris actuando como desempate. Pero la mayor parte de la legislación en esa cámara sigue requiriendo 60 votos para superar un filibustero, y no está claro que haya suficiente apoyo republicano para que la legislación llegue a la meta en el Senado.