Alejandra Guzmán recientemente debió a someterse a una más de una larga lista de intervenciones para resolver un tema que la ha perseguido durante años, desde que su salud estuvo en riesgo tras haberse inyectado polímeros y presentar un fuerte desgaste físico de sus caderas.
La cantante aceptó que sus glúteos no necesitaban de ningún tratamiento, por lo que ahora se arrepiente de haberse inyectado, “Mis pompas la verdad estuvieron siempre bien, no necesitaba de nada, ahí te das cuenta de que sí hay un engaño, hay una manipulación”, comentó en el programa ‘Venga la Alegría’.
Alejandra confesó: “Hay gente que se lo ha puesto en los senos, en la cara, en los genitales aparte de los glúteos, entonces imagínate tú que un día te levantes y digas ‘¿qué onda? Sin cara o lo demás ¿no?”.
Tras infinidad de tratamientos, confesó que quiso darse por vencida un día, “Sí, me cansé un día, y le dije a mi papá, suelto la toalla, ya me harté y me dijo ‘pérate, te quiero pasar a alguien’ y me pone al público (en la línea), entonces como que me entró vida por los oídos en el hospital y ese sonido es el más bello de mi vida, es la mejor droga del mundo, ese grito, esa conexión, ese aplauso, híjole…”.
Alejandra compartió su experiencia cuando estuvo cerca de la muerte: “Yo no le tengo miedo a morir, pero yo sabía que ese no era mi momento, sabía que no me tocaba, es más, firmé una carta porque decían ‘es que nadie te quiere tocar hasta que tú les quites la responsabilidad’ y uno de los directores del hospital me dijo ‘tú eres valiente’ y le dije: ‘es que lo tengo que ser”.
Sobre su cirugía y prótesis de cadera comentó, “Yo desgasté mis caderas, la izquierda fue la primera que me quitaron, pero plana, totalmente plana, o sea te cortan el fémur que entra dentro de la cadera, y ahí le hacen un hoyo y te meten un como peinecito, el cual abraza un callo que hizo mi cuerpo”.
Y dijo: “Son caderas carísimas, 40 mil dólares cada una y si me muero, que me incineren y se las heredo a alguien, me encantaría que alguien tuviera mis caderas, Yo ya soy donadora de todo, si quieren mi hígado también se los regalo, ¿quieren mi riñón? Se los regalo”.
Alejandra ahora es feliz con sus prótesis, “Tengo titanio, tengo de todo yo aquí adentro, pero la verdad es que las de titanio me han salido buenas eh, porque puedo volver a bailar hasta en puntitas, puedo hacer lo que yo quiera, como yo quiera, a la hora que yo quiera”, contó.
Y finalizó: “Tuve que vivir esto para ayudar a alguien para salir adelante, para que no se metan en el mismo hoyo que yo me metí. Para algo, yo siento que por algo Dios me da vida y por algo Dios me da creatividad para hacer canciones y para poder dar un mensaje positivo”.