Las nuevas normas obligarán a los operadores de unos 3,000 mega-bodegas de más de 100,000 pies cuadrados a reducir drásticamente la contaminación de los camiones que dan servicio a esas instalaciones. La normativa ha sentado un precedente para regular el explosivo sector del comercio electrónico; también podría acelerar la electrificación de los camiones de carga.
La contaminación se ha cebado especialmente en el sur de California, donde sufren la peor calidad del aire del país y los barrios minoritarios se han visto afectados de forma desproporcionada.