El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, ha apoyado a la diputada Elise Stefanik, una neoyorquina que es más moderada en cuanto a la política de los republicanos, pero que ha consolidado su buena fe al ayudar e instigar las teorías conspirativas del ex presidente Trump.

Por un lado, esto tiene mucho sentido. Si la gran mayoría del partido está impulsando o está dispuesta a tolerar la falsa idea de que las elecciones le fueron robadas a Trump, a pesar de todas las pruebas en contra, sus líderes deberían compartir esas opiniones.

McCarthy argumenta que los miembros pueden tener las opiniones que quieran y que sus electores toleren. Pero el trabajo de liderazgo de Cheney le exige unir al partido contra los demócratas.

“Cualquier miembro puede adoptar cualquier posición en la que crea”, dijo McCarthy a Fox News durante el fin de semana. “Los votantes votan a los individuos y lo hacen. De lo que estamos hablando es de una posición en el liderazgo”.

Y los líderes del partido tienen que estar unidos contra los demócratas, dijo, argumentando que el otro partido tiene una agenda socialista para el país.