El gobierno tiene un nuevo programa para ayudar a los estadounidenses a pagar sus facturas de Internet. Desgraciadamente, empresas como Verizon lo están convirtiendo en una oportunidad para vender más.

La semana pasada llegó el Beneficio de Banda Ancha de Emergencia, o EBB, el mayor programa federal para ayudar a la gente a pagar el acceso a Internet. El EBB puede reducir 50 dólares en las facturas mensuales de Internet y está disponible para decenas de millones de estadounidenses afectados económicamente por la pandemia de coronavirus. Hay 3,200 millones de dólares en juego, hasta que el programa termine cuando el dinero se agote en los próximos meses.

La participación de todos los proveedores de servicios de Internet en el programa es voluntaria, y cada proveedor de servicios de Internet puede redactar algunas de sus propias reglas para repartir el dinero. Poco después de la puesta en marcha del EBB, se empezaron a escuchar sus frustraciones a la hora de contratar a determinados proveedores de servicios de Internet.

Nada de esto debería impedir que los estadounidenses que reúnen las condiciones necesarias traten de reclamar sus beneficios de banda ancha  pero es importante denunciar algunos de los chanchullos.

Verizon es la empresa que ha suscitado la mayor ira de los lectores. Exige a los clientes que llamen a una línea telefónica para inscribirse en el EBB, en lugar de hacerlo por Internet. Y cuando lo hacen, Verizon les dice a algunos clientes que el EBB no puede usarse con los planes de datos “antiguos”, por lo que tendrán que cambiarse. Esto puede estar permitido por la ley, pero no es el espíritu del programa.

A Eric, de Hopedale, Massachusetts, le dijeron que su actual servicio de Internet sin contrato, que cuesta 62 dólares al mes, tendría que formar parte de un nuevo plan de Verizon Fios, lo que le costaría 79 dólares al mes.