La creciente división de clases en el nivel de vida es uno de los mayores problemas del país, y obviamente no se resolverá antes de que termine la pandemia. Pero los expertos en salud pública creen que hay estrategias específicas que pueden reducir la brecha en la vacunación.

Una de ellas es la información. Alrededor del 25 por ciento de las personas no vacunadas siguen sin estar seguras de si alguien que ya ha tenido Covid debe seguir vacunándose, según Kaiser. La respuesta es sí: casi todos los mayores de 12 años deberían hacerlo.

Otra estrategia prometedora es hacer que las vacunas sean aún más fácil de conseguir. Las empresas pueden ayudar organizando vacunaciones en el trabajo y dando a los trabajadores tiempo libre remunerado, incluso el día después de la inyección para las personas que experimenten efectos secundarios. Las farmacias y los supermercados pueden aceptar visitas  a vacunar sin cita previa, como ya hacen algunas. Los funcionarios públicos pueden enviar clínicas móviles a más comunidades.

Por último, los amigos y familiares pueden convertir la vacunación en algo más que una simple inyección. “Di: ‘Hagamos esto juntos. Hagamos algo, así que si te vacunas, vamos a cenar después. Celebrémoslo juntos'”, dijo la doctora Edith Bracho-Sánchez, pediatra de Nueva York.

Estados Unidos está a punto de vencer al Covid. Pero la enfermedad sigue siendo una amenaza para millones de estadounidenses.