Los especialistas en salud pública sugieren que los planes de seguridad de los Juegos ponen en peligro a los atletas y a otras personas, y el periódico Asahi Shimbun, socio olímpico, pide su cancelación.
Es la pregunta que todo el mundo se hace, la que no desaparece, la que millones de personas opinan pero nadie responde:
¿Se celebrarán los Juegos Olímpicos de Tokio este verano?
Los organizadores declararon la semana pasada que habían entrado en lo que denominaron “modo de entrega operativa” para los Juegos de Verano, otra clara señal de que seguirán adelante con la ceremonia de apertura, prevista para el 23 de julio en Tokio, independientemente del estado de la pandemia de coronavirus.
También está claro que su optimismo irá acompañado a cada paso por una corriente de estridentes detractores, expertos preocupados y presagios poco propicios.
Las encuestas ampliamente documentadas en Japón siguen mostrando que la mayoría de la población del país es cautelosa y desea que los Juegos Olímpicos se pospongan de nuevo o se cancelen directamente; el Departamento de Estado de los Estados Unidos emitió esta semana una advertencia de nivel 4 para viajar a Japón – “No viajar”- que sirvió como indicador ominoso del estado de la lucha contra el virus en ese país; y los miembros de la comunidad sanitaria mundial, destacados líderes empresariales y al menos un socio olímpico clave siguen expresando su preocupación por los peligros que plantea la celebración de los Juegos.