Dormir bien es parte de una forma de vida saludable. Sin embargo, se ha descubierto que, al dormir en una almohada incorrecta, se propicia la aparición de arrugas como pliegues, patas de gallo y surcos en la piel del rostro.
Al colocar la cara en la almohada y permanecer durante toda la noche así, genera una tensión prolongada sobre la piel y la empuja en una dirección perpendicular a la que tienen los músculos faciales. Esto produce líneas diagonales en las mejillas, arrugas en la frente y patas de gallo.
¿Qué hacer?
Para evitar las arrugas prematuras causadas por la almohada, se puede hacer lo siguiente:
Dormir siempre boca arriba
Usar almohadas fabricadas de fibras de óxido de cobre: son muy cómodas, además el cobre es un antibacterial, y es útil para activar la renovación celular agilizando la formación de colágeno.
Si no encuentras ese tipo de almohadas, se puede optar por usar fundas de seda, que es un material que permite que la piel se deslice más fácilmente.