El líder norcoreano, Kim Jong Un, advirtió sobre la posible escasez de alimentos y pidió a su pueblo que se preparara para las prolongadas restricciones de Covid-19, al inaugurar una importante conferencia política para discutir los esfuerzos nacionales para salvar una economía quebrada.

La frágil economía del Norte ha decaído aún más en medio de los cierres fronterizos, que ahogaron el comercio con China, mientras que los devastadores tifones e inundaciones del verano pasado diezmaron las cosechas.

Los observadores que evalúan la situación en Corea del Norte aún no han visto signos de hambruna masiva ni de gran inestabilidad, pero algunos analistas afirman que las condiciones podrían estar alineándose para una tormenta perfecta que socave los mercados de alimentos y divisas y desate el pánico entre la población. El Instituto de Desarrollo de Corea, un grupo de expertos del gobierno surcoreano, dijo el mes pasado que el Norte podría enfrentarse a una escasez de alimentos de alrededor de un millón de toneladas este año.

Kim Tong-Hyung manifestó que los expertos dudan ampliamente de la afirmación de Corea del Norte de que no ha tenido ni un solo caso de Covid, dada su deficiente infraestructura sanitaria y su porosa frontera con China, su principal aliado y sustento económico.