¿Sabías que al convertirte en madre desarrollas nuevas habilidades, pero también puedes crear hábitos que a la gente pueden parecerles muy extraños? Aquí te mostramos algunos de esos hábitos:
OLFATO HIPER DESARROLLADO
Cuando tu bebé recién nace, llora cuando necesita que le cambies el pañal; después de algunos meses ya vas dos pasos adelante y puedes detectar el olor característico de las heces de un bebé, antes de que pida cambio de pañal.
SADOMASOQUISMO
Muchas veces durante los juegos con tu bebé, él te proporciona golpes que sientes muy fuertes, pero sigues aguantando porque sabes que tu hijo se está divirtiendo.
PULCRITUD EN EL VESTIR
Atrás quedaron los momentos en que estabas pendiente de tu presentación impecable. Ahora, tu bebé puede derramar comida sobre tu blusa y eso no te preocupa, además que no tienes tiempo para cambiarte, por lo que ya deja de ser importante.
COMPULSIÒN AL COMER
Notarás que muchas veces no te queda tiempo para sentarte tranquila a comer adecuadamente y picoteas toda clase de aliementos; y, curiosamente te vuelves experta en terminar lo que tu hijo ha dejado en el plato, aunque ya estés llena.
SONAMBULISMO
Aprendes a mantenerte “bien dormida” con solo algunas horas de sueño; tienes que levantarte varias veces en la noche para atender a tu bebé y al día siguiente debes cumplir con tus actividades diarias, lo que haces como si estuvieras dormida o sufrieras de sonambulismo.