La Ley de Cuidado de Salud Asequible sobrevivió el jueves a un tercer desafío importante, ya que la Corte Suprema, en una votación de 7 a 2, rechazó el último esfuerzo de los republicanos para matar la ley de salud.
La ley, que es el legado nacional más importante del presidente Barack Obama, ha sido objeto de una implacable hostilidad por parte de los republicanos. Sin embargo, los intentos de derogarla en el Congreso fracasaron, al igual que dos impugnaciones anteriores ante el Tribunal Supremo, en 2012 y 2015. Con el paso de los años, la ley ganó popularidad y se convirtió en el tejido del sistema de salud.
El margen de victoria fue más amplio que en los casos anteriores, ya que seis miembros del tribunal se unieron a la modesta y técnica opinión mayoritaria del juez Stephen G. Breyer, que se limitó a decir que los 18 estados liderados por los republicanos y dos individuos que presentaron el caso no habían sufrido el tipo de perjuicio directo que les daba derecho a demandar.