Cuando decenas de millones de estadounidenses salgan a la carretera este fin de semana festivo, se encontrarán con los precios más altos de la gasolina en casi siete años. Pero muchos también encontrarán estaciones que no tienen nada de gasolina.
El precio medio nacional del galón de regular se sitúa en 3.10 dólares, el más alto desde octubre de 2014. La media ha subido solo un 2% desde el Memorial Day, pero un 42% desde hace un año, cuando las restricciones pandémicas casi paralizaron la demanda e hicieron caer los precios del petróleo y la gasolina.
Pero el hecho de que las estaciones se sequen no tiene nada que ver con el precio -ni siquiera con el suministro- de la gasolina. Es la escasez de conductores de camiones cisterna, unida a la creciente demanda, lo que está provocando cuellos de botella en la cadena de suministro y escasez. Los expertos afirman que un número cada vez mayor de estaciones de servicio informan de que simplemente no pueden recibir gasolina, a cualquier precio.