Has terminado otro agotador día de trabajo. Las tareas han terminado, los niños se han dormido y por fin ha llegado el momento de un poco de autocuidado y relajación que tanto necesitas.
Pero es medianoche. Sabes que probablemente es hora de ir a la cama, pero decides darte un atracón de esa serie de Netflix o navegar por las redes sociales durante las próximas dos horas.
Esta decisión de sacrificar el sueño por el tiempo de ocio se llama procrastinación por venganza a la hora de acostarse, y los expertos dicen que en realidad hace más daño que bien.
“La paradoja es que en realidad sólo te estás perjudicando a ti mismo”, dice la doctora Sabrina Romanoff, psicóloga clínica del Hospital Lenox Hill de Nueva York. “Aunque te motive recuperar el control sobre tu tiempo, también te estás quitando el valioso recurso del sueño”.
La procrastinación de la hora de acostarse tiene su origen en la falta de tiempo libre durante el día. Puede afectar a cualquier persona que tenga poco control sobre su apretada agenda diurna, desde estudiantes de secundaria hasta padres de familia.
La procrastinación por venganza a la hora de acostarse también ha empeorado durante la pandemia. Entrar en casa después del trabajo solía desencadenar la relajación. Pero ahora, muchas personas trabajan desde casa y absorben la tensión y la superposición de sus vidas laborales y domésticas.