Primero fueron los anuncios de servicio público que alertaban a los adolescentes de Tennessee de que podían vacunarse contra el Covid-19. A continuación, la Dra. Michelle Fiscus, máxima responsable de la vacunación en el estado, distribuyó un memorándum en el que se sugería que algunos adolescentes podían ser vacunados sin el consentimiento de sus padres.

Esta semana, la Dra. Fiscus dijo que había sido despedida, circunstancia que atribuyó a la reacción de los legisladores republicanos del estado, que se han quejado de que el Departamento de Salud de Tennessee ha ido demasiado lejos en sus esfuerzos por concienciar a los jóvenes sobre la vacuna.

La Dra. Fiscus, directora médica del departamento de salud para enfermedades prevenibles por vacunación y programas de inmunización, es una de las decenas de funcionarios de salud pública de todo Estados Unidos que han renunciado o se han visto obligados a dejar sus puestos de trabajo en una pandemia que no se parecía a nada de lo que habían abordado antes y en un clima político que se ha vuelto cada vez más dividido sobre el coronavirus y las vacunas.

Una revisión publicada en diciembre por Kaiser Health News y The Associated Press encontró que al menos 181 líderes de salud pública estatales y locales en 38 estados habían renunciado, se habían retirado o habían sido despedidos desde el 1 de abril de 2020.