Un hombre que se declaró culpable de irrumpir en la cámara del Senado durante la insurrección del Capitolio de EE.UU. fue condenado el lunes a ocho meses de prisión en un caso muy vigilado que podría influir en la forma de castigar a cientos de otros alborotadores acusados del mismo delito.
Paul Hodgkins, floridano de 38 años, es ahora el primer alborotador del Capitolio condenado por un delito grave. El mes pasado se declaró culpable de obstruir los procedimientos del Congreso, concretamente el recuento de los votos electorales, que ayudó a retrasar el 6 de enero. Pasó unos 15 minutos dentro de la cámara del Senado, llevando una camiseta de Donald Trump y una bandera de Trump.
La sentencia es mucho menos que la pena de 1.5 años de prisión que pedía el Departamento de Justicia. En una audiencia celebrada el lunes, los fiscales argumentaron que 1.5 años disuadirían de futuros actos de violencia política y enviarían una fuerte advertencia a “personas que puedan estar contemplando un segundo acto” después del 6 de enero.
El juez de distrito Randolph Moss se apartó de esa recomendación. Dijo que Hodgkins contribuyó a una grave ofensa contra la democracia, pero que merecía cierta indulgencia porque se declaró culpable “excepcionalmente pronto”, no estuvo involucrado en la violencia y presentó una disculpa “sincera”.