El frente anti-chino

El frente anti-chino

He aquí la diferencia entre la política de confrontación de Biden hacia China y la de Trump: Mientras que el anterior presidente prefería un enfrentamiento en solitario con Pekín ante la posibilidad de una nueva Guerra Fría, el actual presidente busca respaldo.

Por eso, cuando Estados Unidos acusó a China de hackeo generalizado en el ciberespacio -en una gran escalada- reunió a sus amigos de Europa, Asia y Australia para reforzar su ofensiva.

Las acusaciones son asombrosas. Los aliados dicen que el Ministerio de Seguridad del Estado de China -una agencia de inteligencia estatal civil- contrató a piratas informáticos criminales para llevar a cabo una serie de ataques, incluyendo a Microsoft.

La administración dijo que China también estaba detrás de un ataque específico de ransomware contra un objetivo estadounidense, que incluía una demanda de millones de dólares.

El nivel de actividad china, que el gobierno de Pekín probablemente negará, sorprendió a la Casa Blanca, según los funcionarios, ya que la mayor parte de los ataques a la infraestructura estadounidense, incluida la producción de alimentos y un oleoducto, se habían centrado en Rusia y en las bandas criminales que aparentemente pueden operar allí con impunidad.

Pero el amplio frente de aliados unidos contra Pekín es una señal de cómo Biden espera convencer a los aliados estadounidenses de todo el mundo para que se unan y obliguen a China a respetar lo que Washington llama las reglas internacionales del juego. No siempre funciona: Por ejemplo, la Unión Europea no tiene muchas ganas de hablar de una nueva Guerra Fría y se ha mostrado menos inflexible que Estados Unidos en cuestiones comerciales. Pero al mismo tiempo, a China no le va a gustar.

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