Cuando has ganado siete Super Bowls, puedes decir lo que quieras.
Aun así, la mordaz burla del famoso mariscal de campo de la NFL Tom Brady al ex presidente Donald Trump en la Casa Blanca el martes fue otra cosa. El Bucanero de Tampa Bay es una de las estrellas deportivas favoritas de Trump y había parecido inclinar la balanza sobre sus afiliaciones políticas cuando una vez se vio en su casillero el gorro “Make America Great Again”.
Pero los oídos de Trump debieron arder el martes cuando Brady se presentó con sus compañeros de equipo en la Casa Blanca para celebrar su victoria en el campeonato, y procedió a ridiculizar al ex presidente frente al hombre que le ganó en la casa donde solía vivir.
Dirigiéndose al presidente Joe Biden, Brady recordó el triunfo de febrero en la Super Bowl 55, después de haber dejado a sus New England Patriots por los Bucs, lo que confundió a muchos expertos.
“No hay mucha gente que piense que podríamos haber ganado. De hecho, creo que alrededor del 40% de la gente todavía no cree que hayamos ganado. ¿Entiende eso, Sr. Presidente?” dijo Brady, provocando risas incrédulas ante su descaro. Un risueño Biden se apoderó rápidamente del pase retórico, respondiendo: “Lo entiendo”.
No contento con atacar a Trump por sus falsas afirmaciones de que realmente ganó las elecciones del pasado noviembre, Brady decidió entonces arremeter contra el apodo de Biden, “Sleepy Joe”, acuñado por Trump para difamar las facultades cognitivas de su rival. El veterano jugador de la NFL dijo que durante un partido del año pasado contra los Chicago Bears olvidó la posición exacta del juego “y empezaron a llamarme Sleepy Tom”.
Es seguro decir que Brady ya no es el atleta favorito de Trump.
