A estas alturas, tal vez sea más fácil llevar una lista de allegados a Donald Trump que no hayan caído en problemas con la ley.
Otro de los compinches del expresidente, el inversor multimillonario Tom Barrack, se ha encontrado entre rejas tras ser acusado de ejercer presión ilegal en el extranjero en nombre de los Emiratos Árabes Unidos para influir en la política exterior de Trump.
Barrack, que fue presidente del comité de investidura de Trump, lo niega, pero se une a una larga lista de asociados de Trump que han enfrentado cargos. Algunos -como el ex abogado personal de Trump, Michael Cohen, el ex presidente de la campaña, Paul Manafort, y el asesor de política exterior de la campaña, George Papadopoulos- pasaron tiempo en prisión. Otros -como Roger Stone, un veterano maestro de las artes oscuras de las campañas políticas, y el ex asesor de seguridad nacional Michael Flynn- se beneficiaron de que Trump esgrimiera indultos presidenciales para librarse de ello. Pero Barrack, y posiblemente el director financiero de la Organización Trump, Allen Weisselberg, que se ha declarado no culpable de fraude fiscal, no se beneficiarán de esos poderes si los necesitan, ya que Trump es ahora un ciudadano privado. Una lista de miembros de la empresa, la campaña o la administración de Trump que han sido acusados de delitos tiene 11 nombres y se mantiene como un monumento a una de las administraciones más corruptas de la historia política estadounidense.
¿Recuerdan cuando el ex presidente dijo que elegiría “sólo a los mejores y más serios” para dotar de personal a su operación?