Como ejemplo de lo traicionera que ha sido la vida de los políticos conservadores que politizaron la pandemia por su propia desinformación, vean estas declaraciones. El sábado, el expresidente Donald Trump organizó un mitin en Arizona que palpitó con sus habituales mentiras sobre el fraude en las elecciones de 2020.

Trump también exigió que se le reconozca el mérito -algo de lo que es cierto- por el desarrollo de vacunas eficaces contra el Covid-19 mientras él era presidente. Pero ni siquiera él, con su dominio casi místico de los votantes de base republicanos, está dispuesto a dar un paso políticamente valiente y reclamar inequívocamente su uso.

El ex presidente dijo a su público: “Les recomiendo que lo hagan”. Pero también añadió la advertencia: “También creo en vuestras libertades al 100%”, permitiendo que la gente se desentienda de abrazar la vacuna y protegiéndose de cualquier coste político por estar a favor de la vacunación. Y en un nuevo giro, después de meses de desinformación y ataques a la ciencia por parte de los políticos republicanos y los medios de comunicación conservadores, culpó a Joe Biden de frenar las tasas de vacunación: “Como no confían en el Presidente, la gente no lo está haciendo”.