El gobierno francés introdujo una aplicación que daba 300 euros -aproximadamente 350 dólares- a cada joven de 18 años del país. El objetivo era orientar a los adolescentes hacia el arte más culto, utilizando el dinero para artículos culturales – cosas como libros, entradas de teatro, pases para museos, discos y material artístico.
Hasta ahora, muchos de los adolescentes franceses se han decantado por el manga, un tipo de cómic japonés. Los libros representaron más del 75% de todas las compras realizadas a través de la aplicación, llamada Culture Pass, y aproximadamente dos tercios de los libros eran de manga.
Jean-Michel Tobelem, profesor especializado en economía de la cultura, dijo que la tendencia hacia los medios de comunicación de masas no era necesariamente algo malo. “Puedes entrar en la cultura coreana a través del K-Pop y luego descubrir que hay todo un cine, una literatura, pintores y compositores que lo acompañan”.
Aun así, dijo Tobelem, la aplicación da pocos incentivos para que los jóvenes se comprometan con “obras más exigentes a nivel artístico”.
Gabriel Tiné, un estudiante de París que ha gastado más de 200 euros de su pase en una tienda de discos local, es un fan de la iniciativa. “No diría que no a asistir a un concierto de jazz o algo así”, dijo. “Lo interesante es que cada persona puede hacer lo que quiera con él”.