El peaje que el envejecimiento causa en el cuerpo se extiende hasta el nivel celular. Pero el daño que acumulan las células de los músculos más viejos es especialmente grave, porque no se regeneran fácilmente y se debilitan a medida que sus mitocondrias, que producen energía, disminuyen en vigor y en número.
Sin embargo, un estudio publicado este mes en Cell Metabolism sugiere que ciertos tipos de ejercicios pueden deshacer parte de lo que los años pueden hacer a nuestras mitocondrias.
El ejercicio es bueno para las personas, como todo el mundo sabe. Pero los científicos tienen un conocimiento sorprendentemente escaso de sus efectos celulares y de cómo éstos pueden variar en función de la actividad y de la edad de la persona que hace ejercicio.
Por ello, los investigadores de la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota) han realizado recientemente un experimento con las células de 72 hombres y mujeres sanos pero sedentarios que tenían 30 años o menos o más de 64. Una vez establecidas las medidas de referencia de su capacidad aeróbica, sus niveles de azúcar en sangre y la actividad genética y la salud mitocondrial de sus células musculares, los voluntarios fueron asignados aleatoriamente a un régimen de ejercicio concreto.
Hubo algunas diferencias poco sorprendentes: El aumento de la masa muscular y la fuerza fue mayor para los que se ejercitaron sólo con pesas, mientras que el entrenamiento por intervalos fue el que más influyó en la resistencia.
Pero se encontraron resultados más inesperados en las células musculares biopsiadas. Entre los sujetos más jóvenes que realizaron el entrenamiento a intervalos, los niveles de actividad habían cambiado en 274 genes, en comparación con los 170 genes de los que se ejercitaron de forma más moderada y los 74 de los que levantaron pesas. Entre la cohorte de mayor edad, casi 400 genes funcionaban ahora de forma diferente, en comparación con los 33 de los levantadores de pesas y sólo 19 de los que hacían ejercicio moderado.
Parece como si el deterioro de la salud celular de los músculos asociado al envejecimiento se “corrigiera” con el ejercicio, especialmente si era intenso, dijo el Dr. Sreekumaran Nair, profesor de medicina y endocrinólogo de la Clínica Mayo y autor principal del estudio. De hecho, las células de las personas mayores respondieron en cierto modo con más fuerza al ejercicio intenso que las células de los jóvenes, lo que sugiere, que nunca es demasiado tarde para beneficiarse del ejercicio.