Fueron necesarios dos periodos de prórroga y unos penaltis llenos de dramatismo, pero la canadiense Julia Grosso marcó el gol de la victoria contra Suecia para conseguir la primera medalla de oro de la historia del país en fútbol femenino.

Stina Blackstenius marcó el primer gol para poner a Suecia por delante en la primera parte. Canadá empató con un penalti de Jessie Fleming en la segunda parte para forzar una prórroga.

Tras dos reñidos tiempos extra, se llegó a la tanda de penaltis, pero a la sueca Jonna Andersson falló su disparo, abriendo la puerta a la victoria de Grosso.

El partido fue la primera final olímpica de fútbol femenino que se decidió por penaltis.

Con el oro, la canadiense Quinn se convierte en la primera atleta trans y no binaria que gana una medalla.

El equipo femenino de Estados Unidos derrotó el jueves a Australia en el partido por la medalla de bronce.