Los ataques del presidente Jair Bolsonaro al sistema de votación de Brasil, mientras su posición en las encuestas se reduce, están provocando comparaciones con las complicadas elecciones de 2020 en Estados Unidos.
Ante la perspectiva de una aplastante derrota en las urnas el próximo año, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, está movilizando a sus partidarios para una batalla existencial: contra las máquinas de votación.
Asediado por el devastador número de víctimas del coronavirus, una economía en declive y un rival en alza, el presidente ha lanzado un ataque en toda regla contra el sistema de voto electrónico en el que Brasil ha confiado durante 25 años. A menos que los votantes puedan registrar su elección en papeletas, algo que el sistema actual no permite, Bolsonaro ha advertido que las elecciones de 2022 podrían ser suspendidas.