Algunos padres creen que regalar a sus hijos todo lo que ellos desean y piden los convierte en niños felices; pero eso no es cierto. Los expertos han comprobado que esto tiene un efecto contrario a lo esperado y los niños no reciben así la felicidad que sus padres desean brindarles.

Entre más juguetes tengan a su disposición los niños, juegan menos. Mientras menos juguetes tengan, hacen que jueguen más, tengan mayor imaginación y creatividad. También son niños que comparten más con sus amigos y compañeros, lo cual es una cualidad indispensable para el buen desarrollo social.

Obviamente, a tus hijos como a todas las personas, les encanta recibir regalos, por la emoción que estos le proporcionan.

Sin embargo, lo más valioso que pueden recibir nuestros hijos es pasar tiempo genuino y de calidad con sus padres. Varios estudios demuestran que los niños que viven en un ambiente amoroso y favorable tienen un mejor desempeño académico. El amor y atención de los padres es algo que no se puede sustituir con juguetes y aparatos electrónicos.

Más importante que regalar objetos a tus hijos, es crear memorias positivas en sus vidas, y así, ellos adquieren la capacidad de sacar lo mejor de ellos en los peores momentos.