El cambio climático y la prolongada sequía siguen haciendo mella en el río Colorado, por lo que el gobierno federal declaró por primera vez la escasez de agua en el lago Mead, uno de los principales embalses del río.

La declaración desencadena cortes en el suministro de agua que, por ahora, afectarán sobre todo a los agricultores de Arizona. A partir del año que viene se les cortará gran parte del agua de la que han dependido durante décadas. Las reducciones son mucho menores para Nevada y para México, al otro lado de la frontera sur.

Pero es probable que en los próximos años se produzcan recortes mayores, que afectarán a muchos más de los 40 millones de habitantes del Oeste que dependen del río para obtener al menos una parte de su suministro de agua, ya que el calentamiento del clima sigue reduciendo la cantidad de agua que llega al Colorado procedente de la lluvia y la nieve derretida.