El lunes se cumple un año desde que Jacob Blake, entonces un hombre negro de 29 años, recibió múltiples disparos en la espalda por parte del agente de policía de Kenosha Rusten Sheskey. Blake quedó paralizado.
El vídeo del tiroteo, ampliamente compartido en las redes sociales, provocó protestas en todo Estados Unidos y en Kenosha, donde muchos negocios fueron objeto de vandalismo e incendios provocados.
La comunidad aún está asimilando todo lo ocurrido durante tres tumultuosos días y noches de verano que comenzaron el 23 de agosto de 2020. Algunos dijeron que es mejor seguir adelante, mientras que otros se preocupan de que eso deje cuestiones de raza, oportunidad y seguridad al acecho bajo la superficie.
“Kenosha, colectivamente, está tratando de olvidar lo que pasó. Yo diría que eso es un gran problema”, dijo el reverendo Jonathan Barker, de Kenosha.
