Los expertos en sueño afirman que las siestas energéticas deben ser rápidas y refrescantes -normalmente entre 20 y 30 minutos- para aumentar el estado de alerta a lo largo del día.
“No hay que dormirse del todo”, dice James Maas, antiguo profesor y catedrático de psicología de la Universidad de Cornell que acuñó el término “siesta reparadora” hace más de 50 años. “Es una oportunidad para cerrar los ojos, respirar despacio y recargarse”.
Para la mayoría de las personas, 15 minutos deberían ser suficientes para poder seguir con el resto de la jornada laboral. Sin embargo, Maas advierte que las siestas más largas son contraproducentes e incluso perjudiciales.
“Nunca duerma una siesta de 60 minutos. Si te echas una siesta de más de 40 minutos, te despertarás muy aturdido durante una hora más o menos”.
Shelby Harris, psicóloga clínica y autora de “The Women’s Guide to Overcoming Insomnia: Get a Good Night’s Sleep without Rieding on Medication”, añade que el mejor momento para hacer la siesta energética es entre la 1 y las 3 de la tarde, porque dormir la siesta más tarde “puede interferir con el sueño nocturno”.