El consumo de marihuana es legal en varios países del mundo, por lo que muchas mujeres embarazadas usan esa droga para reducir las náuseas, el estrés y poder dormir mejor.
Sin embargo, algunos estudios han demostrado que esa práctica es nociva para el bebé, ya que el THC (tetrahidrocannabinol) pasa a través de la placenta, afectando al feto porque interfiere en la formación de las células nerviosas y circuitos cerebrales.
Los bebés de madres consumidoras durante el embarazo presentan mayor riesgo de muerte fetal, bajo peso al nacer, parto prematuro, anemia, autismo, defectos congénitos, irritabilidad, además que a largo plazo pueden presentar problemas de aprendizaje.
Durante la lactancia también es nocivo el consumo de THC porque pasa a la leche materna, afectando el desarrollo cerebral, produciendo retraso y déficit cognitivo al niño.
Además, la marihuana reduce la fertilidad: en las mujeres el THC puede suprimir la función del hipotálamo e inhibir el correcto funcionamiento hormonal y en los hombre se reduce el conteo de espermatozoides y afectando la testosterona.