A medida que los hospitales infantiles de muchas partes de Estados Unidos admiten más pacientes de Covid-19, como consecuencia de la variante Delta, altamente contagiosa, los funcionarios de salud federales y estatales se enfrentan a una nueva y aguda preocupación: los niños que aún no pueden ser vacunados en lugares con una importante propagación del virus, que ahora corren un mayor riesgo de ser infectados que en cualquier otro momento de la pandemia.

En ningún lugar es mayor esa preocupación que en Luisiana, que tiene una de las tasas diarias de nuevos casos más altas del país y donde sólo el 40% de las personas están totalmente vacunadas, lo que pone a los niños en especial riesgo al volver a la escuela.

En el Hospital Infantil de Nueva Orleans, la unidad de cuidados intensivos ha estado atestada de pacientes con Covid-19, y las enfermeras han corrido de un lado a otro para supervisar un caso desgarrador tras otro. Un niño estaba recibiendo un complicado tratamiento respiratorio conocido como ECMO, un último recurso después de que los ventiladores fallan, que las enfermeras dijeron que era casi inaudito para los casos pediátricos. Otra media docena de niños se encontraban en distintas fases de sufrimiento.

El personal médico de todo el hospital dijo que las causas de la enfermedad en los niños eran a menudo simples: padres, familiares y amigos que no estaban vacunados y no llevaban mascarillas.