La contratación se ralentizó bruscamente en agosto, ya que los empresarios añadieron unos decepcionantes 235,000 puestos de trabajo, y el aumento de la COVID-19 frenó tanto la demanda de los consumidores como la disposición de los estadounidenses a volver a trabajar.
La tasa de desempleo, que se calcula a partir de una encuesta diferente, bajó del 5.4% al 5.2%, según informó el viernes el Departamento de Trabajo.
Los economistas habían estimado que el mes pasado se añadieron 750,000 puestos de trabajo, según una encuesta de Bloomberg.