La estatua conmemorativa de Robert E. Lee, de 131 años de antigüedad, que sirvió tanto de símbolo de la herencia confederada como de punto de partida no oficial de las manifestaciones por la igualdad racial en la capital de Virginia el pasado verano, será retirada después de que el Tribunal Supremo del estado haya despejado el camino para su retirada.
La estatua se mantendrá en un almacén estatal hasta que se tome una decisión sobre su disposición. El gobernador Ralph Northam anunció que la estatua de Lee -considerada la joya de la corona en un desfile de monumentos confederados en la avenida Monument- sería retirada en 2020 en medio de las protestas nacionales contra el racismo sistémico tras la muerte de George Floyd.
Los residentes presentaron una demanda para oponerse a la retirada, pero el Tribunal Supremo de Virginia dictaminó la semana pasada que el monumento podía ser retirado.
El pedestal de 40 pies de la estatua, marcado con grafitis por las protestas, permanecerá por ahora, según las autoridades.