Un intento en la Cámara de Representantes de dar un mordisco a las compañías farmacéuticas encuentra resistencia.

Los demócratas de la Cámara de Representantes, al redactar las disposiciones sobre salud de su gran proyecto de ley de gasto social, apuntaron alto: nueva cobertura para los estadounidenses pobres sin seguro; subsidios adicionales para las personas que compran su propia cobertura; y nuevas prestaciones dentales, auditivas y visuales para los estadounidenses mayores a través de Medicare.

Para pagarlas, también apuntaron alto en lo que respecta a la reducción de los precios de los medicamentos. Una medida que vincularía los precios de ciertos medicamentos recetados a los que se pagan en el extranjero fue concebida para ahorrar al gobierno suficiente dinero para compensar los costes de esas otras prioridades. El enfoque de la Cámara, según las estimaciones, podría ahorrar al gobierno unos 500,000 millones de dólares en una década, y ese dinero saldría de los bolsillos de la industria farmacéutica.

Pero es arriesgado apostar contra las empresas farmacéuticas.

Tres demócratas de la Cámara de Representantes en una comisión clave votaron en contra de la medida. Los líderes de la Cámara de Representantes todavía pueden mantener la disposición en el proyecto de ley final, pero la mayoría demócrata de la Cámara es tan escasa que esos tres legisladores, si se deciden, podrían representar una barrera significativa para la aprobación del paquete más amplio.