La relación de pareja y la vida en general cambia cuando nace un hijo. Ahora ya no son solo dos personas, sino que ha llegado una pequeña criatura que demanda de toda la atención.

No se debe poner a la pareja por delante de los hijos para que haya armonía en el hogar. Padre y madre, son los llamados a dejar a un lado sus necesidades y ceder ese espacio prioritario a su pequeño hijo. Ahora hay que dedicarle tiempo y esfuerzo para educarlo, cuidarlo, acompañarlo, etc.

Obviamente, esto no quiere decir que la pareja debe olvidarse de lo que es; se hace necesario también, que como pareja busquen sus espacios exclusivos y alimenten su relación amorosa.

Su la relación no funciona por algún motivo, los dos seguirán siendo los padres de ese niño quien será su prioridad siempre.