Los líderes del Pentágono reconocieron públicamente que aconsejaron al presidente Biden que no retirara todas las tropas de Afganistán antes de una caótica evacuación en la que 13 miembros del servicio estadounidense murieron en un atentado suicida y 10 civiles afganos murieron en un ataque de un dron estadounidense.

Durante una amplia audiencia en el Senado sobre la guerra en Afganistán, el general Mark A. Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, también defendió sus acciones en los tumultuosos últimos meses de la administración Trump, insistiendo en que las llamadas a su homólogo chino y una reunión en la que dijo a los generales que le alertaran si el presidente intentaba lanzar un arma nuclear eran parte de sus deberes como máximo responsable militar del país.

El general Milley fue categórico al afirmar que no se burló de su antiguo jefe. “Mi lealtad a esta nación, a su pueblo y a la Constitución no ha cambiado y nunca cambiará mientras tenga un aliento que dar”, dijo. “Creo firmemente en el control civil de las fuerzas armadas como un principio básico esencial para esta república y me comprometo a garantizar que las fuerzas armadas se mantengan al margen de la política interna”.