La legislación destinada a las infraestructuras y los programas sociales incluye también grandes cambios en materia de energía, transporte y preparación para las catástrofes. Supondrían la acción climática más importante jamás emprendida por Estados Unidos.
El presidente Biden ha enmarcado este momento como la mejor oportunidad del país para salvar el planeta.
“La nación y el mundo están en peligro”, dijo hace semanas en Queens, donde 11 personas se ahogaron en sus sótanos después de que las aguas del huracán Ida devastaran comunidades desde Luisiana hasta Nueva York. “Y eso no es una hipérbole. Es un hecho. Nos han estado advirtiendo de que el clima extremo sería cada vez más extremo a lo largo de la década, y ahora lo estamos viviendo en tiempo real.”
El plan de Biden para intentar fortalecer a Estados Unidos contra el clima extremo -y reducir las emisiones de dióxido de carbono que calientan la Tierra y alimentan los desastres- está incluido en dos proyectos de ley pendientes en el Capitolio. El futuro de ambos proyectos de ley sigue siendo una incógnita, con tensiones entre los demócratas moderados y progresistas sobre el tamaño y el alcance de muchos detalles.