Antes utilizaban la casa para esconder a sus víctimas de secuestro mientras esperaban el rescate. Ahora la están convirtiendo en una oficina para un negocio de distribución de ron.

Lo más sorprendente es que el programa también ha ayudado a su fundador, el ronero Ron Santa Teresa, a sobrevivir -e incluso a prosperar- en un país en el que la economía lleva años atrapada en una espiral descendente y el gobierno autoritario ha reprimido sistemáticamente la disidencia.

En lugar de unirse a las decenas de empresarios que huyen del país para escapar de los secuestros, las detenciones o la ruina financiera, la aristocrática familia Vollmer que dirige Santa Teresa optó por quedarse y colaborar con las bandas criminales de Sabaneta y con el gobierno socialista que en su día prometió destruir a la élite del país. En el proceso, los Vollmer han pasado de declararse en bancarrota a convertirse en exportadores de un galardonado ron añejo.

El liderazgo del Sr. Vollmer también ha ayudado a romper el círculo vicioso de asesinatos y venganzas que había convertido a Sabaneta en uno de los pueblos más violentos del país.