Mediante el estudio de los anillos de los árboles y una pizca de astrofísica, los investigadores han determinado el año exacto en el que los colonos europeos llegaron a la tierra que se conocería como Terranova.
Hace seis décadas, un equipo de arqueólogos compuesto por un matrimonio descubrió los restos de un asentamiento en el extremo norte de Terranova. Las ocho estructuras de madera del yacimiento se asemejan a las construcciones vikingas de Groenlandia, y los artefactos arqueológicos encontrados allí son de estilo nórdico.
Los científicos creen ahora que este lugar, conocido como L’Anse aux Meadows, estuvo habitado por vikingos procedentes de Groenlandia. A día de hoy, sigue siendo el único yacimiento vikingo identificado de forma concluyente en América fuera de Groenlandia.
Pero aún quedan muchas preguntas sobre L’Anse aux Meadows: ¿Quién lo habitó exactamente? ¿Por qué? Y, quizá lo más importante, ¿cuándo se ocupó el lugar? Determinar la edad del asentamiento ha sido un reto: las mediciones de radiocarbono de los artefactos de L’Anse aux Meadows abarcan toda la época vikinga, desde finales del siglo VIII hasta el siglo XI.
Pero en los resultados publicados en la revista Nature, los científicos presentaron lo que creen que son nuevas respuestas a este misterio. Al analizar la huella de una rara tormenta solar en los anillos de los árboles de la madera encontrada en el lugar canadiense, los científicos han precisado de forma decisiva cuándo estuvieron los exploradores nórdicos en Terranova: el año 1021 d. C., o sea, hace exactamente 1,000 años.