Una de las fechas más esperadas sin lugar a dudas era la de la presentación de Natanael Cano en la Ciudad de México, un show que implicaba demostrar que su éxito no es solo local, pues muchos llegaron a pensar que fuera de Los Ángeles y ciudades cercanas a California, este joven “rey del movimiento tumbado” no era nadie, no obstante, recordemos que a pocas horas de que salieran a la venta los tickets para un importante recinto de la capital azteca, se habían agotado las localidades.

Pero como no sabe enfocarse sólo en su música, sino que siempre le gana el carácter y las actitudes a veces irreverentes y a veces hasta irresponsables, la prensa no sólo se enfocó en plasmar en sus noticias la parte positiva que era haber sido un éxito rotundo, pues con arma en mano, este “millenial” se paseaba en la ciudad que sinceramente lo que menos necesita es más ejemplos de violencia.

Muchos especularon si se trataba o no de un artefacto real, pero eso pasa a segundo plano pues el punto es que se siente orgulloso de retratarse de esa manera, y más aún de que se deba desplegar todo un operativo para cuidarle las espaldas: “Nosotros movemos anillos de seguridad para poder movernos”, fue lo que dijo en su posteo mientras iba a bordo de una camioneta al parecer blindada.

Pero no se blindó de las plumas furiosas de muchos reporteros que se le fueron encima con todo, ante esto, Cano retomó algunos encabezados y mostró su profundo coraje con la prensa mexicana: “Uno está morro y le vale verg.. Pero no hablan de la partida de madre que le pegamos dos días al Auditorio agradecido con mi gente de Ciudad de México”. Y por si fuera poco esto, generó empatía en otro “divo del escándalo”, Remmy Valenzuela, quien no tardó en responderle así: “Así se las gastan compa, parece que les duele el éxito de otros y de lo que carecen”, fueron las palabras del cantante que hace semanas se vio envuelto en tremendo lío librando la cárcel de milagro.

Y aunque por la misma situación de seguridad, “Nata” no podía pasearse libremente por las calles, pasó casi todo su tiempo guardado en una lujosa habitación, fumando y bebiendo entre amigos, pero eso sí, se dio una escapada al emblemático Estadio Azteca donde se llevó a cabo un partido del América, el chico subió una historia de una gran atajada del portero americanista y de la Selección Nacional, Guillermo Ochoa.