En psicología el autocontrol se define como: “Capacidad de la persona de dominar, seleccionar, coordinar o inhibir los afectos, deseos o pulsiones a fin de que la conducta no perjudique el logro de una o más metas consideradas sumamente deseables” (Galimberti, 2002).

Esto indica que una persona tiene un buen nivel de autocontrol cuando puede tener conductas que están alineadas con sus metas a pesar de que la situación genere deseos, impulsos y emociones de alta intensidad.

La mayoría de nuestras actitudes y comportamientos se forman desde la infancia y si en esa etapa la persona no tuvo una guía de cómo desarrollar el autocontrol, es probable que en su edad adulta tenga dificultades en ese aspecto.

Sin embargo, eso no es para siempre, porque se puede cambiar. Para lograr tener un mejor autocontrol te recomendamos tener en cuenta lo siguiente:

IDENTIFICACIÓN DE PATRONES

Los humanos estamos regidos por rutinas, por lo que repetimos comportamientos una y otra vez. Así que, aprende a identificar cuáles situaciones te hacen más propenso a descontrolarte y empieza a corregirlo.

ESCUCHAR

La mente y el cuerpo son uno solo. Si no logras identificar tus emociones o solo puedes hacerlo cuando ya te sobrepasan, recurre a las señales de tu cuerpo. Por ejemplo: observa si hay tensión en alguna parte de tu cuerpo, sudoración, taquicardia, etc. Esa es la manera en que el cuerpo dice que la situación no es de su agrado.

RESTRINGIRSE

Aprende de autocontrol con pequeños ejercicios. Por ejemplo: si acostumbras desayunar con dos tajadas de pan, empieza a consumir solamente una y aunque tengas muchas ganas de comerte la segunda tajada, no lo hagas. Si acostumbras levantarte tarde, ahora coloca la alarma más temprano y levántate enseguida. Estos cambios que requieren de esfuerzo, te mostrarán que tú tienes el control sobre tu cuerpo y nadie más.

CONTROLA PENSAMIENTOS

Si con frecuencia piensas en situaciones en las que estás seguro que sucederá algo, ten la seguridad que muchas veces eso no va a suceder nunca.