Lo más justo para todos los niños sería que fueran más sus momentos felices que sus momentos poco agradables.
El carácter y personalidad de una persona se ve influenciado grandemente por las experiencias que vivió en su infancia: la convivencia en su hogar, con sus padres, las relaciones con sus amigos, las vivencias del colegio, etc.
Poco a poco pueden ir apareciendo señales que muestran que un niño ya no es tan feliz como debiera y comienza a apagarse: ¿Cómo puede ocurrir eso?
PADRE AUSENTE
Por diferentes razones un padre se va de la casa y pierde el contacto con sus hijos. O peor aún, hay papás que viven bajo el mismo techo con sus hijos, pero permanecen ausentes de su vida diaria, lo cual les causa mucho daño.
NO HAY CONVIVENCIA
Puede ocurrir que algunos “vecinos” de nuestros hijos no sean una buena influencia para ellos, por lo que no permitimos que socialicen con ellos, y así los cuidamos, pero el precio es alto ya que dejan de interactuar con sus iguales, lo que perjudica su desarrollo; y si, además, sus padres poco comparten con él, vivirá su infancia casi en soledad.
MUCHA TECNOLOGÍA
Los niños pueden jugar con celulares, tabletas o dispositivos electrónicos, pero siempre conservando unos límites; no se puede permitir que la tecnología los absorba por completo y se vuelvan seres aislados de su entorno.
PELEAS EN EL HOGAR
Es un gran error discutir delante de los hijos ya que eso les molesta y hasta los puede traumatizar.